Cristianos de lujo 

Superficialmente profundos, rostros gentiles, actos vacíos. Versos dispersos sin raíz ni contexto, nominalismo a flor de piel, rituales sin fuego ni altar.

El club social de normas y moral ha desplazado al Espíritu. Códigos sin cruz, modales sin quebranto.

Lo precioso y excelente, las camas duras sin santos, el largo dormir de los escogidos, y las vigilias sin valientes. El entretenimiento, el centro de una mesa con entes ausentes.

Amaneceres sin causa, oraciones forzadas, rudimentos en textos, mientras la vida de los héroes de la fe se borra como rastro en el agua.

Conversaciones sin peso eterno, reflexiones alrededor del ombligo. Los lujos, el todo.

Cristo, al parecer, una moda.

El hedonismo cristiano —el placer por lo eterno— reducido a métodos y disciplinas.

Cristo sin Cristo.

La cruz, apenas un dibujo sin gloria. La adoración, ya no espera de amantes, sino agendas con tiempos medidos.

¿Dónde están las cartas al Amado, escritas con lágrimas y fuego? ¿Dónde el anhelo por Su rostro más fuerte que el deber?

La esperanza en gloria está silenciada, las doctrinas, arrinconadas. Pero hay un remanente que corre,

que grita con voz firme:

¡El cielo gobierna!

¡Maranatha, Cristo viene!

“Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.”
‭‭1 Juan‬ ‭2‬:‭16‬-‭17‬ ‭NTV‬‬

El Vientre y sus Máximas

Decidí mi postura, mi convicción.
Decidí acallar mi alma, cerrar mis oídos y mis ojos a los sonidos de esta vida.

Las olas vienen y van;
y revueltos somos, en tempestad,
guiados por ciegos en censos dispersos
de relativismos, fortunas y placeres,
enfocados en lo alto de la cumbre.

El corazón no se cansa,
y desbocados vamos,
en la ruin verdad de almas sin sentido,
sometidas al señorío del príncipe y su mundo:
el vientre y sus máximas…
perdidos somos.

Pero en los silencios,
y en las voces dentro del silencio,
los temores en soledad se disipan.
Y sus consejos, como dulces bocados de pan,
Ciertos verdaderos y eternos,
son reservados para los valientes
y discretos apasionados por Su voz,
que aliento y vida nos da.

Fiel consejero siempre eterno.

Proverbios 9

El todo en todo

No quiero olvidarme del placer
de disfrutarte en esta vida.
Los mares y los atardeceres
son fugaces historias,
sombras de algo más grande
que mis placeres confunden
en egos disfrazados de plenitud.

La vida y sus plataformas,
y el «yo» siendo yo, engrandecido.
El amigo del novio roba su gloria,
y la amargura, a viva voz,
canta por el fin de su esplendor.

Los pasos parecen grandes, imponentes,
seguros por su todo…
pero en su todo,
como agua entre las manos,
aterran y entierran el alma:
huertos y tulipanes
en sequías sin gloria.

¿Quién soy sin ti,
si tú eres —y debes ser—
el todo en mi vida?
Desdicha del corazón
perdido en el lodazal,
pero dicha de la gracia
que al hombre sella los ojos
en la eternidad.

Las rocas…
y tú: lo más seguro en esta vida.
En lo crudo del dolor,
tu amor desnuda el ser,
aviva y alivia
los dolores de mi alma.

Inconmovible, alto y profundo,
en medio de mis ruinas,
atraes mi corazón,
para saciarlo en un mar de virtudes
que embellecen mis días.

Pocos oyen los llamamientos…
pero el destello de tu ser cautiva
y en la fe, arriesgan todo por tu causa.

“En un mundo de sombras y placeres fugaces, solo tu amor permanece: roca firme, llamado eterno, plenitud verdadera.”

“siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”
‭‭1 Pedro‬ ‭1‬:‭23‬-‭25‬ ‭RVR1960‬‬

“quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,”
‭‭2 Timoteo‬ ‭1‬:‭9‬ ‭RVR1960‬‬

Destellos de Él

Al Cristo Resucitado, Milagros Visibles. Los bucles que llaman en aguas profundas, los ojos cerrados, el cielo expirando en la eternidad.
Cautivos de anchos caminos, la soledad estrecha, y en suspiros, la meta de muchos, pero que pocos se atreven a recorrer.

Galardones del alma, pero si en el alba no viste mi rostro, recuérdame que extrañas mi esencia, fiel Creador. Tus palabras me transforman, vida dame cada día. Hazme testigo de tu poder, y aunque sean estrechos mis pasos, que mi pasaporte y mi ciudadanía sean siempre sellados por tu reino.

En honor a ti, mis coronas, los reinos y el cielo, y Tú, el gozo supremo. La vida como sombras, el reflejo de nuestro afán, la imagen en réplicas, imitamos y anclamos en nuestro ser la creación del Creador.

¿Ilimitados o limitados?

Recuerdo las horas ilimitadas tras el sonar del segundero. Hoy el tiempo llena el vaso y sin sentido en porcentajes de vida, se suele decir que vamos a media cuota.

Fotos en analógico, el incumplimiento y el botón de apagado de una red social. Quizás, para los más cuerdos y osados, significa el mayor acto de rebeldía.

Manos ligeras, perdidas en pensamientos, y el modo avión exclama en azules el cielo.

Lo cruel de las jaulas y el sinfín de la escritura: las oraciones, la música, los versos, los diseños y las nuevas ideas. Ilimitados y tan limitados a la vez.

Llegará el día en que mis ojos vean ese reloj antes del adiós definitivo, y fundido en ese tic-tac, lo corto de la vida llamará a un nuevo mundo.

¡Qué corto es este momento!, como sobras de pan, fue destiñendo los abrazos, las sonrisas y las peleas. Todo fue olvidado, pero los grandes gestos y el alma en caminos eternos, que hablan de un Dios sanador y salvador, lo cambian todo cuando Él es el florero en el centro de nuestra mesa por siempre.

Antítesis del corazón

Los dobleces en multitonos, de lo creado en vida, son vendidos por universos, postores irreverentes, cálidos y extravagantes, mágicos y perfectos.

Las bocas sin lenguas y los ojos sin visión, la muerte y los basureros presumen de su pasión. En lo simple y en la dicha del hombre bueno, está la ley de su rey.

Los eruditos sobre los pensantes, las ideas sobre la razón y el corazón, de mansos y turbios placeres, derrochando cada gota de vida y energía.

En los sabores del cielo, la sabiduría afirma y crea mundos que cantan y definen al más sabio e inconmensurable Dios. ¡Viva por siempre!

El justo y su firmeza, sus pasos son llenos de paz y alegría; por otro lado, el insensato y el temor en formas de muerte. Su tristeza es profunda y en su todo nunca habrá esperanza.

En la antítesis del corazón, solo hay una roca que no falla. Sus palabras son fieles y viven para siempre.

“Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.”
‭‭Salmo‬ ‭139‬:‭5‬ ‭NVI‬‬

Del príncipe y su mundo

Los justos, sobre los cielos, elevan sus manos. Lo limpio se conserva limpio, y lo sucio para los cerdos es un festín que pudre el corazón. La vista es oscura y los placeres altos, llenos de luces con festines, ideas y osadías.

Quizás los basureros tiñen el alma, a cuyos espíritus se desbordan hacia un abismo sin fin, del príncipe y su mundo, del marketing y sus campañas, la ceguera y sus ciegos, de eso tan aclamado nunca se dará tanto.

El corazón desvirtuado y la sed que consume lo poco y lo mucho de un globo en extinción, en angustias el pan y en migajas la porción de un día que en afanes cierra sus puertas sin esperanza.

Los tiempos de mesa, el sol de un nuevo amanecer, es él, nuestra esperanza de gloria. Los que miraron su rostro fueron alumbrados y luz brilló para sus casas. Lo eterno y un hogar que espera, lámparas que no se apagan aún en tempestades, del cielo oleo de gozo y corazones que arden por su regreso. Maranatha cristo ven.

En aquellos días

Tales serán los cantos en aquellos días: los trozos de papel con letras y números, versículos que significan su todo, cenas y porciones como sustento, sus palabras reales y admirables, el pan más deseable y el paladar más refinado.

El corazón agradecido, los milagros más vividos e inimaginables. Solo ÉL y su Espíritu, un ser que libra de las llamas de un mundo que arde en temor, mentiras y libertinaje.

Mares y montañas, la sal dentro de lo insípido, la luz más armoniosa y el cielo contando coronas que en llamas de fuego sellan un puñado de héroes que extienden la historia, “once sobre cuarenta”.

Cantos, oraciones y poesías; declaraciones de fe, esperanza y futuro; defensas, discursos y pensamientos; persecuciones, escarnio y olvido; injusticias, hambres y dolores; llantos, angustias y muertes. Vida, pasión y clamor; himnos, armonías y ovaciones; su reino, designio y gobierno; soberano y eterno es el rey que vive y gobierna para siempre. Maranatha. Ven pronto.

“Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.”

Hebreos 11:39-40 RVR1960

Los sonidos del corazón

El silencio habla, y el ser exhala en tonos y voces que en laberintos y arte frente a espejos diseñan nuevos caminos y cuadros para el alma.

Sé nada en reversa en la mitad del océano, son los días del futuro puesto a mis pies, desperté y era ayer.

Los egos con un fin, lo importante en desnudez y sin gloria cierra los ojos para un olvido eterno. El correr y el afán pierden sentido, la luz y el respirar regalo divino.

Los valores y sus escalas el placer y sus máximas expresiones, piel por piel y el alma en un embudo sin fin, los pasos sincronizan, la mente en lucidez que en sensatez persigue y canta por regalos y afanes supremos.

La quietud del hombre cambia su destino y sus vuelos detonan surcos con fines supremos.

Abre mis ojos…

Corazones en llamas

Las ganas de arte, de un cielo que pinta galerías del silencio que en suspiros transportan en nobles notas de aires nocturnos.

Los bohemios días del observador como fiel centinela del detalle tras el detalle. De admirar el sonido en madrugadas donde el invierno y el café abrazan al son de tus palabras que son vida y verdad para mi alma.

“Te oigo en los días más densos
y solo en ti encuentro consuelo,
súplicas y cantos me hacen vivirte,
por segundos noches y fotografías eleven mi ser a tesoros eternos, recompensas del sempiterno”.

Largos silencios que en escritos y textos marcan un camino al cielo, simplemente morimos cuando el asombro y el deleite no hace parte de ese amor que sobrepasa entendimiento.