
Destellos, anclada está mi alma a ti.
Tiernos y suaves aromas de la mañana, es el despertar de días soñados, aviva mi ser.
Tesoros en gloria en lo profundo de un oscuro mar, vinieron siendo mis días, en medio de sombras sin colores y sin memoria, la lucidez de un alma feliz en su naufragio.
Los fantasmas en rostros falsos, los deseos por segundos y sus más grandes afanes, rumbos equívocos y destinos en honor al corazón, dormido pero despierto vuelvo a brillar en lo profundo del mar.
Los recuerdos en altamar, el sol con ímpetu, el viento a la deriva y ninguna ola detiene a aquel a cuya mente alma y corazón ha propuesto la eternidad y sus infinitos tesoros, noches en suaves melodías, escritos y promesas incontables como estrellas, es un domo celeste e infinito que despierta.
Duermo y aún está su brillo, su respirar y latir armoniosa melodía, ahora son sus palabras golpeando en versos cada pulso de mi pequeño corazón.
Nuevamente perdido en ti.
Versión 2023
“1 (1b) Dios es dueño de toda la tierra y de todo lo que hay en ella; también es dueño del mundo y de todos sus habitantes. Dios afirmó la tierra sobre el agua de los mares; Dios afirmó este mundo sobre el agua de los ríos. Solo puede subir al monte de Dios y entrar en su santo templo el que siempre hace lo bueno y jamás piensa hacer lo malo; el que no adora a dioses falsos ni hace juramentos en su nombre. Al que es así, Dios lo llena de bendiciones; ¡Dios, su Salvador, le da la victoria!”
Salmos 24:1-5 TLAI
