Anclas y Esferas

Los días como sombras
Y el Eterno delineando pinceladas.
El corazón, en grandes pantanos, rebosa de asperezas y desesperanza.
Los cuadros del alma exhalan pudrición.
Lo cautivo y escondido alza su voz, sin rumbo.

Anclas de un barco, cubiertas de hojas de papel, dibujan máscaras con resoluciones frágiles.
Las desilusiones tocan lo más sagrado
en el centro del corazón.

Como cartas y fichas de dominó,
el silencio tras la desolación
levanta castillos de papel
que arden con los egos del alma.

La calma, en paisajes blancos,
muestra el camino hacia el cielo.
Las corazas se diluyen
en letras y meditaciones.

Fragmentos de oro y esferas de plata
se esparcen por los rincones
y balcones de mi casa.
Manchas y trazos de color
pintan los muros
con tintas y destellos
del llamado Mar de Cristal.

Lo puro del agua disipa el orín,
armoniza con bronce y ofir,
en espacios rústicos y minimalistas.

El olor entrañable a hogar,
los abrazos que no descansan,
los cantos de esperanza
traen calma…
y más esperanza.

Los platos exquisitos,
el Padre sonriente,
limpiando y cuidando mi espacio:
su hijo, su amado,
el mayor tesoro
para una eternidad incorruptible.

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.”
‭‭1 Pedro‬ ‭1‬:‭3‬-‭9‬ ‭RVR1960‬‬

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