
Tan prácticos y ligeros, los días de dicha y los filos de navajas sajando con dolor las entrañas, como dolores de parto, el fin de los fines en los cielos señales.
Los píxeles con sagacidad condenan al universo, gritos que en textos cortos y sutiles exclaman sabiduría, la ignorancia del ignorante y las masas sin vida pisotean el botín que en preciosas joyas traen vida y aliento.
Las fuentes de los falsos ídolos hacen perder la cordura, los que dicen ser valientes se mofan en glamour, imagen e ilusión.
Los múltiples caminos en excesos son la vida, y las copas que en misturas sonríen y exhalan en silencio de dolor.
Se agoniza y aparenta libertad, se idealiza y se camina en utopías, se crean futuros y se derrumban las piezas, el dios del ser y el adiós sin esperanza al desvanecer.
En el marchitar de los árboles se expira, en el divagar de mentes cauterizadas lo real de los cielos siempre gobernará. El sinsabor del corazón por la existencia de un eterno Dios, y los vacíos que solo una fuente perfecta puede saciar.
Diseños particulares y contenedores de un perfecto amor.
“Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; No hay quien haga bien. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios. Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno. ¿No tienen conocimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Dios no invocan?”
Salmos 53:1-4 RVR1960
“La sabiduría hizo una casa y le puso siete columnas labradas. Hizo además una fiesta, en la que ofreció el mejor vino. Una vez puesta la mesa, mandó mensajeras a la parte alta de la ciudad, para que desde allí gritaran: «Jovencitos sin experiencia, ya que les falta entendimiento, vengan conmigo. Vengan a gozar de mi banquete; beban del vino que he preparado. Si realmente quieren vivir, déjense de tonterías y actúen con inteligencia.”
Proverbios 9:1-6 TLA
“¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura.”
Proverbios 23:29-30 RVR1960