En lo Eterno

La mesura del ser para preservar, y más cuando el corazón desborda en gratitud, el alma noble en cortos minutos admira, y bajo la mesa el sinsabor de un par de ciegos.

Es un recordatorio a la sensatez, donde pocas almas permanecen por desconocer el valor supremo, los contrastes sobre la cuerda floja y el suelo amenaza cómo si determinará el fin por siempre.

Los pasos y el viento hacen que todo exhale sin esperanza y al cerrar los ojos, el silencio es enredado por las mil y un ideas. Pero la única, esa única idea, hace que el cielo desborde sus promesas en un corazón que vive para la eternidad.

Letra sobre letra, el sol de Madrid en grises se opaca, es el sol de su Gracia que pinta por mi ventana, se levita y el caer se teme hacia el cielo, gorriones y golondrinas en gozo enseñan vuelos que terminan en coronas de vida.

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